La COVID-19 se convirtió oficialmente en pandemia hace aproximadamente año y medio, y desde entonces, la mascarilla se ha transformado en nuestro mejor aliado frente al virus.
En el momento en el que se descubrió que la mascarilla podía filtrar las partículas presentes en el ambiente, incluyendo al virus, su uso pasó de entornos hospitalarios a la cotidianidad, siendo incluso obligatoria en todos los establecimientos y comercios alrededor del mundo.
Por hoy, las mascarillas no pueden faltar al salir de casa, y representan un elemento de protección no solo frente a la propagación del SARS-CoV-2, sino frente a muchos virus respiratorios y otros gérmenes peligrosos.
Sin embargo, su uso puede derivar en consecuencias que probablemente no conocías, como el ojo seco. A continuación, te explicamos cómo un estudio reciente prueba que esta herramienta deteriora tu salud visual y la importancia de la consulta oftalmológica como método preventivo.
Enfermedad del ojo seco
La enfermedad del ojo seco (EOS) es una patología de la superficie ocular, donde existe una alteración en la película lagrimal que hace que el ojo pierda su humedad rápidamente.
Es de carácter crónico, por lo que se produce poco a poco, y los síntomas incluyen:
- Incomodidad ocular o sensación de cuerpo extraño
- Fatiga visual
- Dolor ocular
- Dificultad de abrir los ojos al despertar
- Disminución de la agudeza visual
- Sensación de ojos pesados
- Picor ocular
- Hipersensibilidad a la luz (fotofobia)
Muchas entidades oftalmológicas comparten estos síntomas, y por sí solos no aseguran que sufres de ojo seco. Sin embargo, sí pueden ser indicadores de alguna alteración en la película lagrimal que requiera de evaluación profesional oportuna.
Si sospechas de ojo seco, puedes hacerte el siguiente test para salir de dudas y acudir de inmediato a un especialista en oftalmología: ¿Sospechas de ojo seco? Haz este autodiagnóstico
¿Por qué se produce el ojo seco?
Las lágrimas están compuestas por tres capas: una interna (mucosa), la intermedia (acuosa) y la más externa (oleosa). Esta última es producida por las glándulas de Meibomio, y es la que mantiene el ojo lubricado porque evita que las lágrimas se evaporen.
El ojo seco aparece cuando:
- Fallan los mecanismos de producción de la capa acuosa, generalmente por un problema de las glándulas lagrimales o por enfermedades como el Síndrome de Sjögren.
- La lágrima se produce adecuadamente, pero se evapora muy rápido, ya sea por un flujo excesivo de aire o por problemas de parpadeo, medicamentos, lentes de contacto, condiciones con altas temperaturas y poca humedad.
¿Afectan las mascarillas a nuestros ojos?
Aceptémoslo, la mascarilla es parte de la nueva normalidad, y probablemente de ahora en adelante sea obligatoria en ciertos sitios. Se recomienda donde hay menor flujo de aire, especialmente en sitios públicos y cerrados, y tanto los niños como los adultos mayores deben utilizarla.
Aunado al lavado de manos y al distanciamiento físico, llevar mascarilla diariamente es una de las medidas más efectivas para frenar la propagación del virus. De hecho, el riesgo de contagio disminuye de 90% a 1,5% cuando dos personas están hablando de cerca.
A pesar de su efectividad contra muchos gérmenes, su uso puede traer ciertas consecuencias para la salud.
La primera y más frecuente son las lesiones en la piel, que van desde dermatitis de contacto hasta acné y deterioro de otras condiciones dermatológicas. La segunda, y más recientemente reportada, es el empeoramiento de la enfermedad del ojo seco.
Un estudio reciente asegura que llevar mascarilla durante al menos 30 minutos al día puede provocar alteraciones en la película lagrimal, que se traducen en síntomas muy molestos como picor, enrojecimiento ocular, y cansancio o fatiga visual.
Uso de mascarillas y ojo seco: la relación explicada por la ciencia
Este estudio, llevado a cabo en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, reveló que aquellas personas con ojo seco de moderado a severo pueden sufrir alteraciones en la estabilidad lagrimal al usar mascarillas, la cual está en relación tanto con la composición de la lágrima como con el tiempo que permanece en la superficie del ojo.
En esta investigación, quienes tenían enfermedad de ojo seco usaron mascarillas durante al menos 30 minutos seguidos, y luego se sometieron a una prueba diagnóstica que evaluaba las características de la película lagrimal en segundos, llamada tiempo de ruptura lagrimal no invasivo (NIBUT).
El NIBUT es un método que se usa con frecuencia para detectar la enfermedad de ojo seco en cualquier consulta oftalmológica, y mide la estabilidad y calidad de las lágrimas según el tiempo que permanezca la película lagrimal en la superficie corneal después de un parpadeo. Un NIBUT menor a 15 segundos es indicativo de ojo seco.
Los pacientes evaluados presentaron un NIBUT de 14 segundos que disminuyó a 8 cuando usaban la mascarilla, demostrando que la lágrima se desvanece de la superficie ocular más rápido cuando la misma se usa.
¿Por qué las mascarillas resecan los ojos?
Los expertos explican que estas alteraciones en la estabilidad se dan ya sea por mal ajuste o desplazamiento de la mascarilla, así como por un incremento en la ventilación de los lugares públicos cerrados.
Cuando el borde superior de la mascarilla no se amolda a la nariz, el aire que se exhala asciende y sale por la parte superior llegando a la superficie ocular. Esto hace que la película lagrimal se evapore y finalmente deje el ojo desprovisto de lágrimas.
Recordemos que el ojo seco tiene lugar cuando las lágrimas no se producen adecuadamente, o cuando se producen, pero se evaporan muy rápido.
No descuides tus ojos al cuidarte de la COVID-19
El ojo seco es una enfermedad que inicialmente puede parecer leve, pero si no se atiende a tiempo puede progresar a otras condiciones más severas, entre ellas:
- Lesiones traumáticas por el constante rascado
- Infecciones
- Abrasión de la córnea
- Úlcera corneal
- En el peor de los casos, la pérdida de la visión
Te recomendamos que acudas al oftalmólogo con regularidad si sufres de ojo seco y usas mascarilla diariamente, ya que, como lo han demostrado los expertos, usarla por al menos 30 minutos al día puede hacer que tus ojos pierdan su lubricación natural.
Un ojo sin lágrimas es más propenso a infecciones y a inflamaciones. Según los autores, cuando el ojo pierde su humectación se activan numerosos mecanismos patológicos que dañan la superficie ocular y con el tiempo empeoran tanto el pronóstico como la capacidad de respuesta al tratamiento de ojo seco. Esto indudablemente deteriora la visión y la calidad de vida.
En nuestra Clínica Oftalmológica en Madrid nos caracterizamos por contar con un equipo humano que va a la par de la ciencia, dotado con experiencia en una gran variedad de tratamientos de ojo seco en Madrid, entre ellos QMR REXON-EYE y Lipiflow.
En OCUMED, nuestro principal objetivo es garantizar la satisfacción del paciente a través de planes terapéuticos dirigidos tanto a su condición como a sus necesidades. Contacta con nosotros para más información.
Este estudio fue realizado por Pedro Arriola Villalobos, Barbara Burgos Blasco, Beatriz Vidal Villegas,
Carlos Oribio Quinto, Mayte Ariño Gutiérrez, David Díaz Valle, y José Manuel Benítez del Castillo, oftalmólogo en nuestra clínica OCUMED.
Si quiere ampliar la información y saber más sobre su estudio original, haz clic en el siguiente enlace: Effect of Face Mask on Tear Film Stability in Eyes With Moderate to Severe Dry Eye Disease
