El ojo es uno de los órganos más sensibles del cuerpo humano. Ante la contaminación ambiental, las personas son propensas a padecer enfermedades oculares. Por ser áreas tan vulnerables, el daño producido podría resultar grave si no se previene.
No solo la luz es dañina para el ojo. También lo es la calidad del entorno ambiental. El aire, el agua y el suelo que presenten contaminantes tóxicos son perjudiciales. ¿Pero cómo saber qué factores ambientales pueden causar efectos negativos?